Loading

Uno de los reclamos más frecuentes de los vecinos hacia los gobiernos municipales es el mal estado de las calles. Baches, grietas, calles intransitables o sin mantenimiento generan no solo molestias, también accidentes, daños a vehículos y una percepción negativa sobre la gestión pública. Lo preocupante es que, en muchos casos, las reparaciones se hacen de forma improvisada, sin planificación, sin controles de calidad y con un alto costo que no se traduce en soluciones duraderas.

Por eso, en este post te presento una guía clara y profesional sobre cómo mejorar las calles de un municipio sin improvisar ni malgastar recursos, aplicando criterios técnicos, planificación estratégica y participación ciudadana.


1. Realizar un diagnóstico vial con herramientas técnicas

El primer paso es conocer el estado real de la red vial urbana. Esto no se resuelve con una simple caminata de reconocimiento y si con una evaluación técnica profesional. Para ello:

  • Se deben clasificar los tipos de calles (de tierra, ripio, asfalto, hormigón).

  • Identificar zonas con alto tránsito, zonas escolares, comerciales y residenciales.

  • Medir la profundidad de los baches, el deterioro superficial y los problemas estructurales.

  • Georreferenciar los puntos críticos usando mapas satelitales o aplicaciones GIS.

Este diagnóstico permite establecer prioridades y no depender solo del reclamo urgente o visible.

Herramienta sugerida: Sistema Pavement Condition Index (PCI), utilizado por municipios de todo el mundo para clasificar el estado de calles. (Podemos aprender mucho de ello).

Cómo los municipios pueden mejorar las calles sin improvisar ni malgastar recursos


2. Establecer prioridades con criterios objetivos

Una vez diagnosticada la situación, es clave definir qué calles se arreglan primero y por qué. Esto evita decisiones arbitrarias o por conveniencia política.

Criterios recomendables:

  • Nivel de deterioro.

  • Cantidad de tránsito diario.

  • Presencia de instituciones clave (hospitales, escuelas, etc.).

  • Costos de intervención.

  • Zonas con riesgo de accidentes.

El orden de reparación debe publicarse y comunicarse a la comunidad para asegurar transparencia. Siempre!


3. Elegir el método de reparación adecuado

No todas las calles requieren la misma solución. Algunas necesitan bacheo, otras repavimentación completa, y algunas pueden estabilizarse sin asfaltar. Evitar el “parche fácil” que se rompe con la primera lluvia es fundamental.

Métodos más comunes:

    • Bacheo superficial: solo para baches pequeños y no estructurales.

    • Reencarpetado o recapado: ideal para calles con base sólida y desgaste superficial.

    • Reconstrucción total: cuando hay problemas en la base o en el sistema de drenaje.

    • Estabilización de calles de tierra con polímeros u otras técnicas más económicas.

 

Recomendación técnica: Evaluar el tipo de suelo antes de cualquier obra. Un mal análisis del terreno lleva al fracaso de la obra en meses.

Cómo los municipios pueden mejorar las calles sin improvisar ni malgastar recursos


4. Controlar la calidad de las obras viales

Muchos municipios hacen inversiones millonarias en obras que se deterioran en poco tiempo. ¿La causa? Falta de control de calidad, sobrefacturación, corrupción (???), entre otros. Para evitarlo:

  • Solicita ensayos de laboratorio al material utilizado.

  • Verifica el espesor real del asfalto/hormigón aplicado.

  • Asegura que las empresas cumplan con los pliegos técnicos.

  • Realiza inspecciones durante y después de la obra.

“Un municipio serio no paga obras mal hechas”.


5. Garantizar el mantenimiento periódico

Una calle arreglada no debe volver a intervenirse cada año ya que el mantenimiento preventivo cuesta menos que una reconstrucción. Pero para eso, necesita:

  • Limpieza de desagües y cordones.

  • Control del tránsito pesado en calles no aptas.

  • Sellado de fisuras antes de que se transformen en baches.

  • Relleno de banquinas para evitar erosión.


6. Transparentar costos y procesos

La ciudadanía tiene derecho a saber cuánto se invierte, qué empresa trabaja y qué se está haciendo en su barrio (licitaciones?). Por eso:

  • Publica los contratos y licitaciones en la web oficial.

  • Comparte cronogramas y avances de obra.

  • Explica por qué se eligen ciertas calles primero.

  • Habilita canales de reclamos y denuncias.

La transparencia genera confianza y previene sospechas de favoritismos o corrupción.

Cómo los municipios pueden mejorar las calles sin improvisar ni malgastar recursos


7. Incluir a los vecinos en el proceso

Los vecinos conocen las calles mejor que nadie. Escucharlos es una cuestión de cortesía y es una estrategia de gestión inteligente:

  • Consultá con las Juntas Vecinales o Centros de Participación.

  • Recibí reportes de calles deterioradas a través de apps o formularios.

  • Brindá respuestas claras sobre tiempos de obra.

La participación ciudadana también ayuda a cuidar lo que se mejora.


Conclusión: planificar es ahorrar y construir mejor

Mejorar las calles de un municipio no se trata de tapar baches a las apuradas ni de hacer una obra cada campaña electoral. Se trata de aplicar planificación, control técnico y responsabilidad con los recursos públicos.

Cada metro de calle arreglado correctamente es una mejora directa en la calidad de vida de los vecinos.

Evitar la improvisación y el gasto innecesario no es solo una cuestión económica: es una forma de hacer gestión con seriedad y respeto por la gente.

Abajo al final del post, te dejo algunas sugerencias interesantes para que puedas ampliar conocimientos. Nos leemos en el próximo artículo. ¡Hasta pronto!

JDM

Contratar Consultoria Politica para Elecciones Argentina 2025

 


¿Necesitas más informaciones? Comunícate con Julio Daniel Marquez al siguiente email info@juliodanielmarquez.com o haciendo click aqui.

Créditos de imagen: Freepik.

Referencias y sugerencias de lectura:

  1. Banco Interamericano de Desarrollo (BID)

  2. Instituto del Cemento Portland Argentino (ICPA)

  3. Dirección Nacional de Vialidad (Argentina)

  4. Asociación Mundial de la Carretera (PIARC)

  5. ONU-Habitat